El juego


Dibujo: Barbara Weinmann
Dibujo: Barbara Weinmann

No podría decir qué es lo que me tiene atrapada sin que parezcan tontas excusas. Porqué siempre me negué siquiera a escuchar de temas semejantes y ahora, cobarde y contradictoriamente, estoy esperando verte para que todo empiece de nuevo. Otra vez. Si es todo el día pensando, todo el día lubricándome la imaginación. No recuerdo haber sentido algo así nunca, ni siquiera con mi marido cuando me proponía las sesiones de sexo clandestino en el cine, o en las entradas de los edificios. Nunca. Y ahora, nada más ponerme cerca de esta ventana, en este lugar olvidado de la casa (lleno de trastos, donde nadie nunca entra) para no poder resistir la tentación de quitarme la ropa. Todo para que me veas, desde tu ventana, de vaya a saber cuál de las habitaciones de tu casa. Una misma hora, perdida en los azares de los días. Pero siempre a una misma hora, donde nadie anda por ningún lado. Que a nadie le importa lo que hacemos. Jamás se me había ocurrido que podía sentir algo tan caliente, excitante, profundamente irresistible como este juego. Porque no hay reglas, ni acuerdos, ni formas. Vaya, ni siquiera puedo verte la cara. Es más, ni siquiera estoy segura de si eres un hombre, o tu edad, o algo. Solo unos dedos que descorren un poco la cortina. Solo una silueta detrás de la sombra que a veces parece emitir un movimiento desde la zona a donde llega tu mano. Pero también puede que me lo esté imaginando. Muy poco he pensado en ti, no sé porqué, pero me excita mucho más no saber nada, así puedo tener muchos amantes, de la edad que quiera, del sexo que quiera, del morbo que quiera. Que sean muchos, que haya miles mirándome. Aparte, los nombres, las caras, una identidad definida me retraería a un estado de represión al que no quiero volver. Pero así no. Así es otra cosa. Es esperar el silencio de la casa. Es venir hasta la salita donde nadie nunca entra. Es esperarte junto a la ventana. Es ver que estás. Y quitarme la ropa ceremonialmente, sin movimientos sexys. La idea del striptease es barata, supongo que piensas igual, porque no te has quejado (me causan gracia esas expresiones sin el menor sentido de situación). Me quito todo. Me paro casi rozando el vidrio, para que me contemples. Giro para que me veas entera, porque me gusta que disfrutes de mi cuerpo. Creo que aún soy bella para mis cuarenta y tres ¿no te parece?. Para que disfrutes como no lo hace nadie desde hace mucho. Es en estos momentos, cuando entro en un estado lascivo, que me siento libre de hacer todo, tentada de hacerlo, de desearlo, de que me lo hagan sin piedad. Yo diría que se parece a la desesperación. Olvidarme del mundo del que formo parte. ¿Ves? Me siento en la silla cerca del cristal para lo que más me gusta: que me mires cuando abro las piernas. ¿Alcanzas a ver cuanta es mi humedad? Te gustan mis tetas, ¿no? No sabes que tienen pasado de otras categorías menos eróticas, no hay esos juicios hirientes entre nosotros. Las manos que me gustaría fuesen las tuyas, haciendo cosas que deberías hacer tú. No sé como pedirte lo que no estoy segura de que quiero que hagas, pero en medio del éxtasis lo único que pido es que sigas estando, que vuelvas, que me prometas esa fidelidad que alimenta mi sexo, mi autoestima, mi cuerpo de placeres que nunca antes... No podría vivir sin saber que estás ahí, no sé como podría si no hubieses vuelto. Y el resto... un poco más y llego y te juro que haré lo que pueda, pero aún así se que un día de estos, mi marido dejará de espiarme, detrás de la puerta, con la vergüenza trempada, y dirá que lo sabe y también dirá otras cosas que no quiere, porque para él también el juego habrá terminado.

 

Relato: Ana Laura Giumelli

Dibujo: Barbara Weinmann


Escribir comentario

Comentarios: 3
  • #1

    Barbara (martes, 11 diciembre 2012 04:09)

    El mejor, lejos. Listo para ser performeado!!

  • #2

    Juicers Reviews (domingo, 21 abril 2013 06:54)

    I shared this upon Myspace! My friends will really want it!

  • #3

    alejandra (martes, 05 enero 2016 18:03)

    hola soy Ale
    como estas q te llamas